La escucho, es un fruto denso, agrio y memorioso.
Sin conocer su matriz de tiempo y oscuridades;
la recuerdo en su voz, en su potente sueño de calvario.
Busco algo en estas noches álgidas, pandémicas;
doblegadas ante la feroz mano del planeta.
Ese que nos ha dado el fruto y la semilla.
¡El globo terráqueo del pan y de la muerte!
Recuerdo a mis padres,
inermes ante el aldabón siniestro de los vientos,
ante el agua encabronada de la tormenta.
Es la tierra la que nos susurra y nos aprieta.
Claudio Raúl Cruz Núñez
Descubro el cincel, la cacerola del aviso;
los destornilladores de la modorra y el pliegue de la sombra.
Concluyo que el día es de ella,
que me ha negado la logística de su nombre.
Intuyo que por los bordes del recuerdo y la saliva
se van edificando amores, muertes y colibríes.
Claudio Raúl Cruz Núñez