Última curva de 2017

Aún estando en Puerto Rico todo el mes de diciembre y enero—en vez de en Vieques por razones obvias—no puedo hacer mi resumen del año antes de finales de este mes. Siguen llegando filmes meritorios que incluiré en ese resumen, como los comentados aquí. Todavía de los 10 filmes nominados por los Golden Globes solamente se han presentado en nuestras salas cuatro de ellos. Así estamos a la espera de uno de los ganadores de las premiaciones el domingo 7 de enero (Lady Bird) y las restantes: Call Me by Your Name (que estrenó la semana pasada), The Post, The Shape of Water, I, Tonya, The Disaster Artist. Otros que están por venir (espero): Phantom Thread, The Leisure Seeker.

Darkest Hour

(director: Joe Wright; guionista: Anthony McCarten; cinematógrafo: Bruno Delbonnel; elenco Gary Oldman, Kristin Scott Thomas, Ben Mendelsohn, Lily James, Ronald Pickup, Stephen Dillane, Samuel West, David Schofield)

Para los que vieron la excelente serie de NetFlix “The Crown”, Winston Churchill fue uno de los personajes más impresionantes durante parte del reinado de Jorge VI y, por supuesto, los primeros cuatro años del reinado de Elizabeth II, la monarca actual. Interpretado magistralmente por John Lithgow, nunca creí que esa actuación fuera superada. Pero así fue por un actor que ni pensaba podía asemejarse al Primer Ministro del Partido Conservador durante la 2nda guerra mundial y luego de 1951 a 1955 durante la Guerra Fría: Gary Oldman, ganador este año del Golden Globe por mejor actuación masculina. Darkest Hour presenta un momento crítico en la historia de guerra del Reino Unido: el avance de Hitler en su conquista de Europa y en 1940 lo que parecía ser el único país en enfrentar al ejército alemán y detener su avanzada.

El Churchill de Oldman despliega todos las inseguridades en su entorno privado y toda su arrogancia, inteligencia y agresividad en el espacio público. El director construye un marco político que resultará en la dimisión de Neville Chamberlain (el mismo que le negó ayuda al gobierno Republicano en España al comienzo de la Guerra Civil) como PM, el nombramiento de Churchill como Primer Ministro y su continua influencia como jefe del partido de oposición. Las conversaciones y posturas tanto de Chamberlain, Edward Wood-Vizconde de Halifax, Sir Anthony Eden y los líderes militares en el “war room” son escenas llenas de intensidad donde se debate la movida del Reino Unido cuando se encuentra solo en Dunkirk con ataques aéreos y marítimos y con 400,000 soldados en campo abierto. Sabemos lo que significó este asedio dramatizado por Christopher Nolan en Dunkirk y el propio Wright en Atonement. En Dunkirk Churchill es una presencia impresa y sonora por sus palabras de admiración y estímulo en términos humanos al país y a esos soldados rescatados por los cientos de embarcaciones de la población civil. En este filme la presencia física de Churchill con sus discursos, escritos y conversaciones, que en 1953 le valió el Premio Nobel de Literatura, llena la pantalla de principio a fin.

All the Money in the World

(director: Ridley Scott; guionista: David Scarpa; autor John Pearson; cinematógrafo: Dariusz Wolski; elenco: Christopher Plummer, Michelle Williams, Mark Wahlberg, Romain Duris, Timothy Hutton, Charlie Plummer, Andrew Buchan)

De la mano del veterano director Ridley Scott—desde Alien, Blade Runner, Black Rain y Thelma & Louise en los 1970, 80 y 90 hasta Gladiator, American Gangster y Alien: Covenant en los comienzos de este siglo—nos adentramos a los manejos y pensamientos de J. Paul Getty (1892-1976), el hombre más rico del mundo en esa época. Aunque no es su historia, sí es su filosofía de vida la que detiene o pone en marcha el rescate de su nieto, John Paul Getty III (1956-2011), secuestrado en un sector popular de Roma en 1973 cuando tenía 16 años. Fue un evento que llenó las páginas de la prensa amarilla y se mantuvo vigente hasta su reaparición cinco meses después.

El centro del filme es precisamente la tranquilidad aparente del patriarca Getty. Para no estar directamente involucrado en lo que pudiera o no ser un secuestro legítimo, emplea a Fletcher Chase (muy bien actuado por Mark Wahlberg) uno de sus negociadores empresariales para que lidie con Abigail Harris, la ex esposa de su hijo y madre de supuestamente su nieto preferido. Son ellos los que tendrán que establecer los contactos con los secuestradores y convencerlos de que Getty rehúsa pagar esa cantidad por la vida de su nieto. La distancia que establece Getty en todo este asunto es desesperante especialmente cuando lo vemos comprando pinturas originales por una millonada sin pestañear. Ni siquiera permite que la negociación de la cantidad final y la entrega del dinero lo toque directamente y asigna en este caso a sus abogados (un cameo de Timothy Hutton). Lo interesante de los personajes que componen el drama real es que no hay protagonista pero Getty—como lo interpreta Christopher Plummer—no importa lo poco o mucho que esté en escena, domina todas las partes de la historia.

Molly’s Game

(director y guionista Aaron Sorkin; autora Molly Bloom; cinematógrafa Charlotte Bruus Christensen; elenco Jessica Chastain, Idris Elba, Kevin Costner, Michael Cera, Jeremy Strong, Chris O’Dowd, Graham Greene)

Este primer filme del excelente escritor y guionista Aaron Sorkin (responsable de las series de TV “The Newsroom” y “The West Wing” y de los filmes The Social Network, Moneyball y Steve Jobs) tiene la tensión del momento narrado y visto y la fuerza de las palabras principalmente de la protagonista Molly Bloom pero también de su abogado Charlie Jaffey y su padre Larry Bloom quien es el hilo conductor del pasado al presente. Por Sorkin tener un caudal de conocimiento literario los referentes son continuos y añaden otra esfera que amplía al público lector/espectador. Hace lo mismo con el póker y convierte el juego en otro enjambre para añadir conocimiento. Escuchar a Molly explicar por qué su nombre no tiene base en la revolucionaria y escandalosa novela de 1922, Ulysses de James Joyce, integrar otros referentes literarios como metáforas para lo que le está sucediendo en el presente, además del tempo acelerado de cada escena por el manejo de la cámara y el intercambio de palabras es el estilo que Sorkin ha escogido para contar su historia.

El personaje de Molly (nominado para los Golden Globes por mejor actriz) parece sacado de las narrativas de #metoo. El trato casi brutal de palabra e intención aunque no físicamente del padre; los insultos y la humillación que recibe de su primer jefe, Dean Keith; los acercamientos sexuales que recibe de los jugadores a pesar de siempre decir no; el rechazo de los jugadores a que ella sea la persona más poderosa del juego; la intimidación que recibe de los que cobran por protección, roban sus ganancias o cooperan con sus opositores para demostrarle cuál es su verdadero lugar según los hombres; el overkill del FBI para apresar a una sola persona que no tiene un arma ni defensa posible. Todo esto y más es Molly’s Game.

*************************************************************************

¿Te gustó este artículo? ¡Dona a Claridad!

Claridad se sostiene con la generosidad de sus lectores

Para donar, oprima aquí

Artículo anteriorOscar López y Luis Gutiérrez en Moca y Las Marías
Artículo siguientePuerto Rico no brilla en FITUR