Un John Doe revolucionario y luchador por la independencia de Puerto Rico

Julio Veras Delgadillo

 

Por José (Che) Paraliticci/Especial para CLARIDAD

Estando a finales de mayo en Santo Domingo realizando una investigación histórica para un posible nuevo libro sobre las relaciones entre dominicanos y los independentistas puertorriqueños, tuve el privilegio de compartir con un revolucionario dominicano con estrechos vínculos con Puerto Rico. 

Este revolucionario desde muy joven, a sus 17 años de edad, ya se encontraba entrenando en Cuba con el grupo del coronel Francisco Caamaño Deñó para lograr con la guerrilla tumbar el gobierno antidemocrático y represivo de Joaquín Balaguer y con la victoria por las armas regresar la democracia a ese país hermano del Caribe. En Cuba estuvo por espacio de tres años. Luego retornó a Santo Domingo. Al poco tiempo de estar en la capital dominicana fue enviado a Puerto Rico para cumplir varias misiones clandestinas con dos propósitos principales: lograr sacar de prisión a compañeros dominicanos y obtener dinero para su organización.

La vida de este revolucionario dominicano es una de un entero compromiso antillano. Hoy sigue muy comprometido no solo con ver un régimen progresista y socialista en la República Dominicana, sino también, por aportar en lo que pueda a que Puerto Rico logre su independencia.

En Puerto Rico llevó a cabo múltiples operativos. Me dice que gracias a los vínculos de su organización con grupos clandestinos de independentistas en Puerto Rico se logró que unas decenas de operativos con los propósitos mencionados en marra fuesen exitosas. Fue arrestado en Puerto Rico en 1981 y enviado a prisión a Estados Unidos. Su sentencia fue de 25 años. Salió de prisión en 1989 luego de haber cumplido un tercio de la sentencia ya que, según la ley, se le consideraba un primer ofensor, por lo que podía salir bajo palabra. Fue deportado a su tierra natal y desde entonces vive en la República Dominicana.

Al estar con él por primera vez fue como si nos hubiéramos conocido desde hace mucho tiempo. Sus primeras palabras fue llamarme compañero y rápido empezar a preguntar por muchos de los amigos y camaradas que conoce y compartió con ellos en misiones políticas y en otras circunstancias. Luego nos volvimos a encontrar y me obsequió un libro que publicó en 2008. Es la historia de su vida revolucionaria. Narra con sumo detalles su tiempo de entrenamiento guerrillero en Cuba, su periplo para llegar a Puerto Rico y en República Dominicana y, con mucho énfasis, la de sacar de prisión en Puerto Rico a dos camaradas suyos y llevarlos clandestinamente a República Dominicana. 

Por primera vez leí uno de sus nombres en las listas de prisioneros políticos que Claridad publicaba semanalmente para instar a sus lectores que le escribieran. Su nombre publicado por Claridad era Jorge Luis Albizu Orta. Siempre creí que el mismo era un nombre de guerra. También había escuchado que le llamaban Delgadillo. Me dijo que en prisión en Estados Unidos se le llamó “John Doe”, porque no quiso decir su verdadero nombre. Hoy, luego de haber conversado con él por buen tiempo y de haber leído su libro, sé que el nombre del compañero es Julio Veras Delgadillo.

Sobre él y su caso, como de muchos otros más, espero llenar muchas páginas en el libro que quizá publique. Solo les adelanto que la historia de estos dos pueblos hermanos es mucho más estrecha de lo poco que sabemos hasta ahora. 

Veras Delgadillo me entregó una nota escrita por él dirigida a los independentistas y que la entregara a quien yo creyera más oportuno. No tardé ni un segundo en expresarle que la enviaría a Claridad para su publicación.  Se sintió muy privilegiado saber que será leído en este semanario independentista.

Aquí su nota. 

Un patriota y revolucionario le envía un mensaje a los boricuas.

29 de mayo de 2019

Mis queridísimos hermanos, hermanas y camaradas borinqueños:

Permítanme hacerles una carta colectiva para todos, aunque habrá camaradas que le nombraré como le hemos llamado. Dirán ustedes no esperaban que este que les escribe iba a salir tan mal agradecido y tan “sinvergüencita”, pensarán ustedes que los olvidé o que abandoné la lucha. Pues ni una cosa, ni la otra han sucedido. Les prometo que mantengo y me mantendré siempre en las mejores disposiciones de cumplir con mi modesto esfuerzo en cualquier parte donde yo pueda hacerlo, porque mientras exista el imperialismo y el capitalismo, no podrá haber paz.

No podremos olvidar gente como Rita (Zengotita), Aida Collazo, como nuestra fenecida Isabel Rosado Morales, como Lourdes Lugo López y su hermana Babbie Lugo López, la “Coleguita” Tamara, Norberto (Cintrón Fiallo) y familia, Adalfredo Santos Mercado, Melinda Power y su hermana Margot, Viola Salgado e Irma Romero, las hermanas Ida Luz y Alicia Rodríguez, Carmen Valetín, Haydée Beltrán, Carlos Alberto Torres, el cual pude conocer personalmente, aunque el pastor no nos dejó hablar pero, por lo menos, nos saludamos y me trasmitió su gran poder de lucha y espíritu combativo, el camarada Luis Rosa, de quien recuerdo sus efusivas correspondencias, Ricardo Jiménez, Elizam Escobar, Oscar López Rivera, estandarte y gran ejemplo a seguir. Es que no hay en Borinquen un solo luchador que se haya levantado por su libertad e independencia, que no sea un verdadero ejemplo a seguir, ahí tenemos a Ramón Emeterio Betances, a Eugenio María de Hostos, a don Pedro Albizu Campos, a Filiberto Ojeda Ríos, a don Juan Antonio Corretjer, a Oscar Collazo y Rafael Cancel Miranda, Irvin Flores, Lolita Lebrón, Isabel Rosado, Andrés Figueroa Cordero, Noel Colón González, todos y todas murallas indestructibles de los cuales nos nutrimos a diario para seguir hacia delante.

Aprovecho la oportunidad que me ha brindado el gran hermano y camarada Ché Paralitici para hacerle llegar mis fuertes y cordiales abrazos a los que se encuentran vivos y mi compromiso con los muertos a seguir su gran y glorioso ejemplo, hasta que nuestras patrias sean libres o morir tal cual y cual hicieron ellos.

Mis queridos camaradas, cuando viajen a Santo Domingo, por favor no dejen de contactarme. No tengo mucho que ofrecerles, pero mi gran muestra de agradecimiento por haberme permitido conocer la lucha que se libra en Puerto Rico en contra del imperio colonizador, me basta para que sean mis hermanos para siempre.

Con el mismo afecto, amor y cariño por siempre. De ustedes y con ustedes hasta el último segundo de mi vida por una patria libre y soberana.

Julio Veras Delgadillo

Jorge Albizu Orta

John Doe  

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