Una nube en la sala: Notas antes de entrevistar  a Elizam Escobar

 

Por Rafah Acevedo / En Rojo

Que no eres tú

cuando escribes que

no quieres ser tú

o te cansa todo o casi todo del ser

tú, que quisieras solo ser una nube

en tu cabeza de cielo y abismo

una nube perfecta que navega

y se para a pensar su ser algo

su pasear de océano en océano

de lluvia o en huracán del mar…

Pero las nubes no solo sufren de insomnio:

son el insomnio

son el pensar sin parar

una mano y una pluma que no paran

que no pueden parar

que vale ser una nube que no duerme

que se postra delante del océano

de los peces y los barcos que trabajan

de qué te vale que una nube te visite

y te habite como un caracol nocturno

noctámbulo, enrrollando y desenrollando.

Una nube (fragmento). Elizam Escobar

Cuando entramos a su casa lo primero que llama mi atención es la enorme nube que flota en la sala. Sobre todo porque es el mes de septiembre. El pico de la temporada de huracanes. Y allí está. En realidad no está flotando. Es un cuadro al lado derecho de la puerta de entrada. Una nube pesada, plomiza, y a la vez de algodón cargando la pólvora que precede a tremendos aguaceros.

Hace un lustro la Liga de Estudiantes de Arte de San Juan presentó una exhibición, Nube, con trabajos de Nick Quijano, Natalie Anaya,Elsa Meléndez, Giovanna Verni, y el propio Elizam, entre otros. Por supuesto, se inspiraron en esa pieza que ahora cuelga allí en la sala.

Le comento a Elizam lo mucho que me gusta esa nube. “Ah, la nube” Nos vamos sentando alrededor de la mesa del comedor para iniciar una entrevista. Mientras tanto, el pintor cuenta que lo operaron varias veces en la frente. Le sacaron un músculo del muslo y se lo pusieron ahí después de abrir y sacar la infección. Hace el gesto de cómo le arrancaron el músculo. “Cuando vi aquello pensé que tenía una nube en la frente. Le dije a los cirujanos ustedes son unos plagiadores porque ya eso lo había pintado”. Eso y hasta una nube en el cerebro ha pintado Elizam. 

No le voy a preguntar al artista de dónde y por qué las nubes. Hay formas de ubicar nubes en el cielo de las narraciones. He leído en algún lugar que las nubes ocultan al Cristo resucitado (Hechos I, 9) y que al final de los tiempos, victorioso, lo veremos “venir en una nube con poder y majestad grandes” (Lucas 21, 27). Pero no es esa nube.

Pienso quizás en alguna otra. La nube negra del encierro. Escobar fue arrestado en 1980 y fue acusado de conspiración sediciosa. Fue declarado culpable.  Estuvo preso hasta 1999. Por eso acompaño a Claridad a su casa. Quiero escucharlo ahora que se cumplen dos décadas de su liberación.  El presidente Bill Clinton, luego de una campaña militante y plural, concedió el indulto a Escobar y a otros diez presos políticos. Entonces, ¿esos diecinueve años son nubes?

Alá, el inescrutable, toma forma de nube en la imaginación islámica. Sin embargo, escuchando la conversación con Elizam, me parece mejor usar una cita de T.W. Adorno: “Hombre con los pies en el cielo u hombre con la cabeza en las nubes, esa es la alternativa”. Pienso que la alternativa es, precisamente, dejar la creatividad tomar por asalto el modo de interpretar y tratar de transformar la realidad. Escobar habla de Nietzsche. Solo puedo hacer una paráfrasis: dice el artista que Nietzsche pensaba que la voluntad de poder está en la base de todo, tanto de lo orgánico como de lo inorgánico, como un deseo básico pero ¿qué quiere decir voluntad?, ¿qué quiere decir poder? Pues, entonces, si la voluntad es voluntad de poder y el poder es la esencia de la voluntad, es “voluntad de voluntad”. Ir más allá de nosotros mismos. Pero estamos hablando mientras comemos melón de agua, Elizam se ríe y disfruta de las palabras. Nos reímos de su interrogación a Alida Millán: “Alida, ¿qué tu crees del nihilismo?”

Por años leí los ensayos de Elizam. Algunos se publicaron mientras estuvo preso en revistas que a principios de la última década del siglo pasado dominaron la escena cultural en el país. Rememorando aquellos años -y a propósito del nihilismo-, el ensayista que hay en él rememora. Sin embargo, cuando hablamos de este verano en el que un levantamiento popular logró cambiar al gobernador, la conversación pasa a la inclusividad, a lo heterogéneo de la muchedumbre. “Hasta cristianos había en medio del perreo” Y aclara que “Dios” es una práctica social con valor relativo. Un cristiano puede abordar críticamente y hasta oponerse al status quo, y ahí puede sumarse a una lucha. “Tú sabes, creer en Dios tiene consecuencias políticas y filosóficas, pero en términos éticos no determina ninguna ruta específica”.

En fin, me limito a escuchar y a veces intervengo. Cuando estamos cada cual en su silla empieza la entrevista oficial y se enciende una grabadora. Yo termino mi labor entonces. Lo mío es escuchar. 

Fotos Alina Luciano y Ángeles Rodríguez Negrón

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