“Uno no puede estar cambiando las reglas cada dos días porque nosotros tenemos una población que apenas está informada”.

 

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La sobre confianza atribuida a la vacunación, no adaptar a la realidad del país las recomendaciones del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, siglas en inglés), el ejemplo de los mismos políticos, todos esos factores han contribuido a un repunte de contagios por coronavirus (Covid-19).

De acuerdo con datos del Departamento de Salud (DS) para la segunda semana de este mes de abril la positividad de Covid-19 en Puerto Rico sobrepasaba el 13 por ciento. Los casos confirmados a este domingo 11 de abril sumaban 102,432 y las muertes confirmadas 2,154. El repunte de contagios obligó a que el DS ordenara cancelar las clases presenciales y a que la nueva Orden Ejecutiva estableciera otra vez un toque de queda a partir de las 10 de la noche, restricción de actividades que conlleven aglomeración de personas, pero se mantuvo la apertura de los comercios y restaurantes a un 50 por ciento de capacidad.

A juicio de la profesora de epidemiología, doctora Cruz María Nazario, el repunte de contagios se pudo haber evitado. “No tenemos nada más que mirar a los países que han controlado la pandemia desde hace muchos meses. El problema que hemos tenido en Puerto Rico lo divido en dos situaciones complementarias. La primera es que aquí todo lo que se hace es seguir al pie de la letra lo que dice el CDC sin cuestionar, sin atemperar, si de verdad esas recomendaciones son buenas o no para nuestro país. Uno no puede estar cambiando las reglas cada dos días porque nosotros tenemos una población que apenas está informada.” Dio como ejemplo que la recomendación del CDC de que las personas vacunadas se pueden reunir con su familia, sin mascarilla y sin distanciamiento contrasta con la definición de familia que se tiene en la isla. Cuando el CDC dice familia se refiere a padre, madre e hijos. En Puerto Rico cuando se refiere a familia es mucho más que ese núcleo, son los padres, hijos, tíos, primos, sobrinos abuelos, etc. “O sea, hay que atemperar las recomendaciones porque la comunicación es un asunto muy importante e implica que hay que pensar en lo que se va a decir.”

 

El segundo agravante lo atribuyó al mal ejemplo de la misma gente del gobierno. El más reciente fue la dinámica en el mensaje de estado que ofreció el gobernador Pedro Pierluisi Urrutia en el Capitolio. “La mascarilla no funciona mágicamente. No tan solo había mucha gente aglomerada, en la conferencia de prensa luego del mensaje estaban todos pegados unos a otros; hablaron frente al micrófono sin mascarilla. Cuando se habla se escupe, terminó uno y llegó el otro, también se quita la mascarilla, agarra el micrófono que el otro escupió, habló, en ningún momento se limpió el micrófono, ¿cuál es el ejemplo que estamos dando?”, cuestionó la profesora del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (RCM-UPR).

Añadió que la sobre confianza de las personas porque ya están vacunadas es bien equivocada. Todas las recomendaciones, incluyendo en este caso al CDC, la Organización Panamericana para la Salud (OPS), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y organizaciones de salud europeas -reparó- han dicho que la vacuna no protege de que la persona no se contagie con el virus. Puntualizó que la investigación que se ha hecho para conseguir la vacuna lo que tiene es una aprobación de uso de emergencia, por lo que hay que pensar que la aprobación se da porque hay una crisis. Incluso la misma industria lo que plantea es que la vacuna va a proteger a las personas de que si se llega a contagiar con la Covid 19 la infección no va a ser severa, no lo va a llevar a un hospital, y posiblemente no muera. “Eso es lo único que hay como evidencia de la investigación a nivel de la vacuna”, recalcó.

En esa dirección explicó que por ejemplo la vacuna de Pfizer tiene una efectividad de un 96%. Eso lo que quiere decir a nivel de la población es que si se tienen 100 personas vacunadas, en 96 casos su sistema inmunológico va a reaccionar y va a desarrollar los anticuerpos para que en caso de que se enfrenten al virus los pueda atacar, minimizar y reducirlo a una enfermedad leve. Pero a nivel del individuo no quiere decir nada porque la persona no sabe si es una de las 96 o una de los cuatro que no desarrollaron anticuerpos. Esto implica que a nivel del individuo hay que mantenerse todavía con todas las medidas cautelares posibles para evitar el contagio. Si por situaciones extraordinarias la persona es de las 96 que su sistema reaccionó y tiene anticuerpos, también se tiene que proteger primero porque la garantía de la vacuna no es que no se va a infectar es que la infección no va a ser severa y segundo porque las vacunas no protegen contra la mayoría de las variantes del virus. Es decir que la persona puede estar vacunada usando ya sea la vacuna de Pfizer o la Moderna, pero, aunque se esté vacunado si llega una persona del exterior se podría contagiar con las nuevas variantes.

Al abordar el tema de las nuevas variantes, la doctora Nazario apuntó a que todos los científicos que están trabajando en esta pandemia saben que el virus del Covid muta de manera constante más que otros virus, por lo que pensar que en la isla no ha llegado o no ha variado el virus en alguna persona es totalmente ilógico. Criticó que debido a que ha ocurrido una disminución en las pruebas moleculares que son las muestras que se podrían tomar para ver cuál es la secuencia del genoma del virus, esa muestra no se ha identificado.

“Desde que empezó la pandemia se debió haber estado pendiente a la mutación en el virus, eso se hace con el virus de la influenza. Aquí se sabe qué tipo de variante de la influenza es el que más frecuente estuvo afectando a las personas en Puerto Rico.” Este seguimiento que identifica las variantes del virus es lo que permite formular la vacuna para el próximo año. Cuestionó el cómo era posible que el DS no haya considerado la necesidad de la secuenciación de las muestras que se están teniendo en el país.

Aun cuando indicó que ahora mismo para el virus que está más frecuente en Puerto Rico la vacuna es eficiente en evitar que se siga propagando, reiteró que eso no evita que a la persona le pueda dar la enfermedad y ser asintomática, por lo que es necesario que el 80% del país este vacunado. Aclaró que con la llamada inmunidad de grupo lo que se pretende no es proteger a nivel del individuo, sino la protección a nivel del grupo. Al tener una población grande vacunada se protege también a los que no están vacunados ya sea porque no se puedan vacunar, le tienen miedo o por cualquier motivo. Pero todos aquellos vacunados están protegiendo a los que están a su alrededor, incluyendo a los no vacunados.

Sin embargo, acotó que en Puerto Rico solo el 13% de la población tiene la vacuna completa, lo que para nada es un por ciento adecuado. “Digamos que la prioridad de vacunar a los viejos de 65 años era porque la vacuna lo que protege es a esos más susceptibles de enfermar gravemente y hospitalizarse y morir, por lo tanto, si se vacunaban se iba a disminuir la enfermedad grave y hospitalizaciones y muertes. Ese fue el objetivo de vacunar a los viejos primeros. Pero solo se ha vacunado 33% de esa población en Puerto Rico y eso es un por ciento, un estimado porque en ningún lugar de todas las páginas del DS aparece ese dato”, afirmó la doctora Nazario. Dijo que lo que aparece en la página del DS es que hay un millón de dosis, pero cuantas personas están vacunadas completas es el 13%. Por lo tanto, decir que hay un millón de dosis no es lo importante, el número importante es cuántas personas se han vacunado por completo. Rechazó que el por ciento de la población vacunada de 65 años o más sea el 55% como alega el DS.

En ese aspecto denunció que la razón por la cual la vacunación de los viejos dejó de ser prioridad para el gobierno y ahora va a vacunar a todas las personas de 16 años en adelante es porque se está mirando que lo que se quiere reducir es el contagio entre los jóvenes y a la vez poder decir que se pueden abrir las escuelas y los negocios, “la economía otra vez detrás es la base para la decisión, no es una base con evidencia epidemiológica”.

Aun cuando la doctora Nazario reconoció que lo más saludable para los niños es estar en su ambiente escolar, afirmó que está en contra de que se abran las escuelas porque no están preparadas y por el alto contagio comunitario. “Los niños no viven en las escuelas y si en la comunidad hay una tasa alta de transmisión comunitaria va haber niños contagiados.” En esa línea agregó que el rastreo no está funcionando a la vez que recordó que no hay ningún poder político para impedir la entrada de personas del exterior, por demás la recomendación del CDC de que no se viaje a Puerto Rico es inconsecuente porque el mensaje es para proteger a los de “allá y no los de acá”. Como tampoco las recomendaciones autoritarias del gobernador funcionan ya que no están acompañadas de campañas de educación pertinentes y relevantes.

En entrevista por separado el doctor Fernando Cabanillas, dijo que no ha tenido ningún caso de las nuevas variantes, a la vez que también llamó a la atención a que en Puerto Rico se está secuenciando muy poco los virus que está produciendo la infección. “Sabemos que las tres cepas ya están en Puerto Rico, pero cuan prevalente es cada una y que por ciento de las infecciones son debido a ellas, eso es lo que no sabemos y que debiéramos estar investigando activamente porque ya estoy oyendo de casos que están vacunados por completo y les ha dado la infección, así que es algo por lo que nos debemos preocupar porque puede que sean organismos resistentes a las vacunas”.

Aunque el método de rastreo de donde fue que la persona se infectó con una variante del virus sería igual al que se hace ahora, indicó que para identificar el contagio con las variantes del virus habría que hacer énfasis en hacer un rastreo más extenso en cómo la persona lo adquirió para ver si estuvo en contacto con alguien que vino del exterior

Dado al repunte de contagios señaló que era importante ver algunas diferencias entre lo que está ocurriendo ahora y lo que ocurrió en los inicios de la pandemia. En los momentos del inicio de la pandemia los pacientes eran entre las edades de 50 a 59 años. “Ahora mismo eso ha cambiado drásticamente y el número más predominante es entre 20 a 29 y entre de 10 a 19 también está aumentando en incidencia, lo cual quiere decir que lo que hacemos ahora para tratar de frenar el rebote que está ocurriendo debe ser diferente también”.

Frente a esa realidad para detener la propagación, el doctor Cabanillas dijo considerar que hay que enfocarse más en identificar en donde es que están infectándose esas personas jóvene,s ya que si se hace lo mismo que al principio de cerrar los restaurantes, cerrar más temprano, establecer menos ocupación, quizás no va a funcionar porque los muchachos jóvenes no se contagian en restaurantes, por lo que cree que hay que tener eso en mente. Añadió que el problema de esa edad es que muchos son asintomáticos y las personas jóvenes tienden a enfermarse con muy pocos síntomas y a veces ni se enteran que son portadores del virus. Dado a esas circunstancias favoreció el que se haya empezado a vacunar a las personas de 16 años en adelante. “Pero una cosa es empezar a vacunarlos y otra es que la acepten. Creo que tienen también que poner cierto esfuerzo en comunicar que la vacuna es importante con datos a los que ellos presten atención, utilizar personas que atraigan a los jóvenes”, sugirió.

En ese aspecto de la vacunación y de cuando se alcanzará la llamada inmunidad de grupo, el doctor Cabanillas, comentó no saber porque el DS se ha atrasado en la vacunación debido a que hay vacunas suficientes. No obstante, también reparó en que no se puede estar demasiado confiado y recalcó que las vacunas son para evitar infecciones severas pero sus estudios fueron antes de las cepas variantes, así que lo que aplicaba en aquellos momentos no necesariamente aplique ahora.

Ante el alza en contagios, el doctor Cabanillas señaló que es posible que se esté complicando el panorama, “pero no quiero sonar fatalista, creo que hay que investigar cuántos de estos casos que se están infectando ahora lo están con las cepas variantes creo que el Departamento de Salud le debe dar prioridad a eso”.

En fin, ante el Covid-19 y sus variantes el mensaje tanto para jóvenes como adultos, vacunados o no hay que continuar con el uso de la mascarilla y las medidas de protección.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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