Unos Juegos Olímpicos inolvidables

 

Especial para CLARIDAD

Los Juegos Olímpicos que acaban de concluir en Tokio van a ser recordados principalmente por haber sido los primeros Juegos Olímpicos celebrados en medio de una pandemia, pospuestos por un año por este motivo y celebrados sin público en las gradas. La pandemia sin duda será lo primero que se recuerde cuando se estudien estos Juegos, los número 32 de la era moderna, de aquí a muchos años. Se verán las imágenes de los atletas en el podio con sus máscaras, los voluntarios distanciados y el área de público prácticamente vacía. Aún así, hay muchos otros aspectos que resaltar de estos Juegos que también los hacen únicos o memorables.

Los más caros

Con un costo estimado en 15.4 millones, estos fueron los Juegos más caros de la historia. El tema de lo exacerbado del costo de los Juegos Olímpicos, el gigantismo, las exigencias del Comité Olímpico Internacional (COI) a las ciudades sedes y cómo el costo final es usualmente muchísimo más alto que el presupuesto original, no es nuevo. Lo vimos en Rio 2016, Londres 2012, Beijing 2008, Atenas 2004, etc. El COI devenga sus ingresos principalmente de la venta de derechos televisivos y contribuye con la ciudad sede, pero no es suficiente. Este año el COI añadió varios cientos de millones por la pandemia. Obviamente el tema de los costos es uno que genera mucho debate y las cifras en sí son parte del problema, pues es difícil discernir entre un gasto estrictamente olímpico de inversiones de infraestructura largo plazo. Aún así los Juegos de Tokio costaron muchísimo, en medio de una pandemia que magnifica cualquier gasto que no sea dirigido a finalizar la misma. Por ejemplo, por este motivo, Toyota, que era uno de los auspiciadores principales, se retiró. También afectó muchísimo cuando se decidió que se harían sin público, una decisión que dio el puntillazo final luego de haber acordado que no se harían con público internacional pero sí local. Esto, añadido al aplazamiento de un año, creó más costos y quitó ingresos.

Más países medallistas

De los 205 países participantes, 93 ganaron al menos una medalla, lo que representa el 45.36%, la vez que más países han ganado al menos una presea. También es la vez que más países ganan una medalla de oro, 65 del total.

Además de estos datos los Juegos se sintieron más “democráticos” porque algunos eventos los ganaron países que tradicionalmente no los ganan, como el 100 metros liso y el 4×100 masculinos, en los cuales Italia ganó ambas medallas de oro. Igual con Noruega llevándose dos preseas doradas en atletismo. Hasta el último día Estados Unidos estaba segundo en el medallero detrás de China, y finalmente quedó en lo más alto, superando a China por una medalla de oro. En tercer lugar llegó Japón con una gran actuación, seguido de Gran Bretaña y en quinto lugar el Comité Olímpico Nacional Ruso. En algunos deportes en los cuales tradicionalmente había una hegemonía estadounidense, ésta fue alterada con la inclusión de otros países en el medallero.

Compañerismo

Como he comentado en otras ocasiones los Juegos Olímpicos tienen en su esencia una contradicción que es fomentar el compañerismo y la unidad de los países mientras se compite para ver quién es el mejor. No hay empate, no hay competencia cuyo fin sea solamente participar, siempre hay un ganador y un perdedor. Pero en estos Juegos vimos más muestras de apoyo y solidaridad entre atletas de diferentes países, abrazos a perdedores, a quien se cayó, a quien se lastimó. Pero en nuestra memoria quedará para siempre la imagen del empate entre los saltadores de Qatar e Italia cuando luego de haber empatado en salto a lo alto el juez les dice que pueden seguir compitiendo a ver quien falla o empatar y ambos obtener el oro, opción que ambos sellaron con un abrazo profundo. Más que un empate, yo siempre voy a recordar ese abrazo y las celebraciones eufóricas que lo siguieron, como uno de los momentos olímpicos más bonitos que tengo recuerdo. Como cuando el australiano Peter Norman se puso un parcho en solidaridad con John Carlos y Tommie Smith en el podio histórico en México 1968.

Hablando de Carlo y Smith los Juegos de Tokio no trajeron protestas políticas como muchos habían anticipado. Quedará por ver si el reglamento del COI condenando protestas políticas tuvo efecto.

 

Salud mental

En vez de las protestas políticas tomando un papel protagónico, el tema principal no deportivo fue la salud mental de los atletas. Esto sobre todo por la decisión inesperada de la estrella de la gimnasia estadounidense Simone Biles de retirarse de la competencia por equipos, luego del “all around” y de varios aparatos individuales, aludiendo a un bloqueo mental que en la gimnasia se conoce como “twisties”, que es básicamente un desfase entre la mente y el cuerpo, lo cual en este deporte es sumamente peligroso. Pero la misma Biles dijo que la salud mental era más importante y no se sentía que podía competir. Aunque recibió muchas críticas, también recibió mucho apoyo, sobre todo porque este tema que era tabú se ha ido mencionando más a menudo. Otros atletas también salieron en su defensa y hablaron de sus propios problemas mentales. Ya lo había hecho hace apenas unas semanas la estelar tenista haitiano-japonesa Naomi Osaka, quien se retiró del Abierto de Francia aludiendo a su salud mental.

La presión de los entrenadores, aficionados, la prensa, auspiciadores, es brutal a este nivel. Y no hay distinción entre lo que se espera de un atleta “aficionado” de uno profesional, porque muchos de estos atletas que compiten representando a su país ya tienen auspiciadores, seguidores en las redes sociales, manejadores, etc, como si fueran atletas en ligas profesionales, y la presión es comparable. El tema de la salud mental es uno para desarrollar con más detalle luego, pero es importante que se haya destapado en estos Juegos.

 

Deportes nuevos

En estos Juegos hubo seis deportes nuevos, es decir, que no estuvieron en Rio 2016. Algunos de ellos sí eran completamente nuevos en el programa olímpico, como la patineta, el surfing, el karate y la escalada deportiva. El softbol y el béisbol regresaron a los Juegos Olímpicos luego de su ausencia en las últimas dos ediciones. Sin duda la inclusión de estos deportes es un intento por atraer público más joven y reflejar entornos urbanos donde se practican los mismos. Tanto el karate como el softbol y el béisbol no estarán presentes en París.

Paris 2024

Los Juegos de Tokio cerraron el domingo y aún con todos los problemas y peculiaridades, pueden decir que los lograron celebrar en medio de una pandemia. Si el olimpismo como movimiento ya estaba siendo cuestionado previamente por los altos costos que implican celebrar Juegos Olímpicos y el problema del legado que deja en las ciudad sedes con elefantes blancos y grandes deudas, ahora se añaden otros cuestionamientos. Cada vez más hay movimientos que se oponen a que ciudades sean sedes, y Paris en el 2024 y Los Ángeles 2028 no son la excepción. Son muchos los retos y veremos cómo es capaz de reinventarse para su subsistencia y poder mantenerse vigente.

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