UTIER : “Esto no se va a quedar en un solo campamento, seguimos en la lucha”

Por Cándida Cotto/CLARIDAD

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“Esto no es como se ha dicho públicamente de que es una negociación colectiva. No es una negociación ordinaria laboral. Es una discusión de cómo nosotros mejoramos las condiciones de empleo de los celadores que están migrando ante las ofertas de trabajo muy atractivas que tienen en Estados Unidos”.

Así lo expresó el presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), Ángel Figueroa Jaramillo, ante el tranque en las conversaciones con la gerencia de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). El proceso de discusión y negociación comenzó el 5 de octubre de 2018. En él la UTIER ha presentado la preocupación de cómo retener personal. Según defendió, antes ese trabajador o trabajadora no tomaba otras ofertas en consideración porque tenía beneficios marginales que complementaban el bajo salario que recibía en Puerto Rico. Pero los cambios aplicados por la gerencia de la AEE de reducir la licencia por accidentes y la reducción en la aportación al plan médico, que paga solo el 52%, han provocado que los trabajadores estén optando por otras opciones económicas fuera del país.

Hasta el presente la negociación se ha llevado directamente con el director de Recursos Humanos y Asuntos Laborales de la AEE, licenciado Marc Thys, y los líderes de la unión. Figueroa Jaramillo indicó que desde el mes de febrero la gerencia ha insistido en una oferta de que las funciones y deberes de los trabajadores hay que unificarlas. Eso ha sido rebatido señalando que ese no es el problema, que el problema es la fuga de recursos. Inclusive, a pesar de que no era parte de la negociación, la unión ha preguntado qué cosas consideran que afecta la operación, para discutirlas y atemperarlas a algunas que la unión entiende que sí se pueden mejorar, pero la AEE ha insistido en su planteamiento.

La UTIER ha insistido en que el problema es cómo se pueden mejorar las condiciones de empleo para retener a ese trabajador y eventualmente comenzar a haber otros puestos. La organización hizo alusión a que como la única experiencia en la industria eléctrica en la isla se da mediante la AEE es más difícil tener la experiencia y la movilidad de puestos.

En estos momentos la UTIER tiene 3,100 unionados, de los cuales cerca de 600 son celadores. En el 2002 los celadores se contaban en 1,200. Este número contrasta con la cantidad de infraestructura que se tenía en ese momento de 18 mil cables en área soterrada, distribución e infraestructura versus la 34 mil que se tiene al presente.

¿Cómo encaja este número de celadores con los planes de expansión de la AEE?

Figueroa Jaramillo afirma que ese es uno de los planteamientos que ha hecho la UTIER ante la actitud de la gobernadora de no intervenir. Expuso que al planteamiento de que su política pública es la de no intervenir en las negociaciones del gobierno, la UTIER plantea que la política pública de la gobernadora no puede ir por encima de la Constitución porque la Constitución establece los mecanismos de negociación y convenios como un mecanismo de paz laboral.

“Esa es la Constitución que estamos invocando. Es la misma Constitución que la llevó a ella al poder. No puede ser selectiva con partes de la Constitución. Dicho eso, el problema que estamos planteando es un problema de país. En la medida en que el recurso humano se nos vaya, los planes que se anunciaron de modernización no se van a poder cumplir, a menos que ella tenga visualizado traer compañías de Estados Unidos que cobran el triple por trabajar aquí”, manifestó.

El presidente de la UTIER destacó que el trabajo del celador es uno muy especializado y que, aunque siempre habrá gente atrevida, reconoció que los mismos supervisores han demostrado que la situación es más compleja y que el mucho trabajo y el cansancio son peligrosos para ellos.

Otra de las áreas que dijo que hay que atender son los trabajadores de planta. “Tenemos compañeros metiendo turnos de 24 horas. Los trabajadores de planta son los que operan las unidades generatrices, los que prenden las plantas. Hay compañeros que tienen 24 horas trabajando diariamente y un día de descanso. Esto demuestra la falta de personal. Un operador de planta tú no lo consigues en la esquina, igual que un mecánico, los albañiles de planta son gente que se especializa en esas unidades”.

El presidente de la UTIER coincidió con el reconocimiento que hace el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA, siglas en inglés) de que los trabajadores unionados de la AEE son su mejor activo. Agregó que un estudio del economista José Alameda reveló que mientras la inversión de capital ha bajado, la producción del trabajador ha subido. Eso es lo que la ha mantenido operacionalmente a la AEE. Es decir, la gerencia no ha hecho inversión de capital para poder mejorar la infraestructura y tener plantas modernas, pero aun así mantiene una operación aceptable porque la producción del trabajador ha subido.

Desde hace una semana, la UTIER mantiene un campamento de protesta frente a La Fortaleza, en reclamo a que la gobernadora Wanda Vázquez Garced intervenga en las negociaciones. “Hasta ahora la gobernadora ha demostrado esa llamada inacción, pero nosotros vamos a seguir presionando. Esto no se va a quedar tan solo en un campamento, vamos a seguir haciendo actividades. Seguimos en lucha”, afirmó Figueroa Jaramillo, a quien no le sorprendería ni descarta que la Junta de Control Fiscal (JCF) esté presionando para que la gerencia de la AEE no tenga una actitud más abierta.

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