Venezuela en una doble encrucijada: el COVID-19  y las agresiones de Estados Unidos

 

Análisis de Noticias

Por Redacción de CLARIDAD

La desinformación sobre lo que ocurre en  Venezuela arropa en un manto de oscuridad al mundo entero. Es el resultado del esfuerzo continuo de una poderosa maquinaria de deformación, creada y aceitada desde el gobierno de Estados Unidos, y convenientemente amplificada por los medios de prensa de dicho país y por otras redes de medios militantemente contrarias al gobierno Bolivariano y su presidente Nicolás Maduro.

Desenredar tan tupida madeja de desinformación no es tarea fácil, principalmente mientras se vive en vilo con la pandemia del COVID-19, que afecta a la humanidad entera y amenaza con alterar para siempre los supuestos bajo los cuales los seres humanos nos relacionamos unos con otros y con nuestro ambiente. Lo que sí es cierto  es que Venezuela y su población de 28.5 millones de habitantes también experimentan los rigores del COVID-19 igual que todos los países, pero en condiciones particularmente extenuantes, a causa del creciente bloqueo comercial y diplomático, y de las sanciones económicas y financieras extremas con que pretende asfixiarles el gobierno Estados Unidos.

A pesar del peso inevitable de esta situación, al cierre de estas líneas, los datos oficiales sobre el COVID-19  en Venezuela son realmente notables: 329 casos confirmados con 10 personas fallecidas y 142 recuperados. Por supuesto, que en el gobierno y los medios de Estados Unidos se afirma  que estos datos son falsos. Que las cifras de coronavirus en Venezuela están subestimadas y que es imposible creer cualquier información que provenga del gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, nadie en el gobierno de Estados Unidos, ni en la prensa de dicho país, ha podido ofrecer un solo dato que contradiga las cifras  oficiales, ni tampoco documentar la apocalíptica crisis de salud pública que pronosticaron para Venezuela a consecuencia del COVID-19. Esto es así, a pesar de que Estados Unidos cuenta con los principales medios de prensa privados de Venezuela entre sus aliados; de que mantiene en Venezuela una fuerza importante de agentes de inteligencia, y de que sostiene allí un gobierno títere de oposición, encabezado por el ex diputado Juan Guaidó como “presidente interino”, cuya única función es contribuir a la desinformación, sabotear al gobierno Bolivariano y pretender legitimar las violaciones de la soberanía y los derechos de Venezuela por parte del gobierno de Estados Unidos.

La realidad del coronavirus sobre el terreno en Venezuela no se recoge en los principales medios de prensa de Estados Unidos. Por el contrario, estos solo reportan sobre la situación cuando sirve el propósito de proyectar una imagen de caos e incompetencia gubernamental conforme a la que promueven el gobierno de Estados Unidos y las grandes corporaciones multinacionales que aspiran a retomar el control de las reservas de petróleo de Venezuela. Un artículo titulado Venezuela´s Coronavirus Response Might Surprise You,del periodista Leonardo Flores, y publicado en la revista digital estadounidense de corte progresista commondreams.org, presenta una realidad más balanceada y creíble de la doble encrucijada que matiza la respuesta del gobierno venezolano a la epidemia. Flores desentraña los antecedentes de la pandemia en Venezuela, y cómo estos se entrecruzan con la realidad política  y económica sobre el terreno. Relata los esfuerzos del gobierno, y su base de organizaciones locales, para intentar frenar el contagio antes de que el COVID-19 se convirtiera en una fuerza incontenible.

El artículo de Flores presenta la realidad de una economía y un sistema de salud devastados por el bloqueo y las sanciones de Estados Unidos, mucho antes de la pandemia del coronavirus. Estas sanciones, afirma el periodista, han empobrecido a millones de ciudadanos en el  país y han tenido un impacto negativo vital en la infraestructura económica, por ejemplo, en la generación de energía. Esto, a su vez, produce interrupciones continuas en el servicio eléctrico y de agua potable con serias implicaciones para el manejo efectivo de una crisis sanitaria de esta magnitud. Igualmente destaca los incontables obstáculos que enfrenta Venezuela para poder adquirir el equipo médico y sanitario que necesita en estos momentos.

Las agresiones de Estados Unidos son tan severas que han ocasionado macabras coincidencias. Precisamente, el día 26 de marzo de 2020,  cuando Venezuela anunció su primera persona fallecida por coronavirus,  los grandes medios de prensa en Estados Unidos y el mundo informaban al unísono que el gobierno estadounidense había acusado al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de encabezar una red internacional de narcotráfico, y le ponían un precio de US $15 millones a su cabeza.

El conjunto de acciones del gobierno de Estados Unidos contra Venezuela y su pueblo durante los pasados años, el recrudecimiento  de las sanciones económicas y financieras, el  despojo del oro venezolano, los impedimentos a la producción petrolera, el embargo a otros importantes recursos del país, las continuas violaciones a su soberanía y la indiferencia ante el sufrimiento que ocasionan a la gente de carne y hueso, parecieron servirle  de incentivo al esfuerzo del gobierno venezolano y de sus ciudadanos hacia el control de la epidemia.

Gracias a ello, las peores predicciones sobre el efecto del coronavirus en Venezuela no se han hecho realidad. Las sanciones de Estados Unidos ya habían controlado significativamente el tráfico de personas desde el exterior. Las autoridades y el pueblo venezolanos convirtieron esta realidad en una de las fortalezas de su respuesta ante el COVID-19. Lograron, aún dentro de sus enormes limitaciones de todo tipo, que el ministerio de salud pudiera organizar una respuesta robusta, utilizando medidas preventivas tempranas de cierre de aeropuertos y fronteras, el distanciamiento social, el cierre de operaciones diarias  y escuelas, la administración masiva de pruebas, y el rastreo y aislamiento de contactos. Igualmente, han podido ofrecer algunas medidas de alivio social a la población que más lo necesita.

Aunque el Fondo Monetario Internacional le negó a Venezuela un préstamo de emergencia por US $5mil millones, la solidaridad internacional se ha desbordado y jugado un papel fundamental en la respuesta de Venezuela al desafío. Además de asesores expertos, equipo médico y suministros de primera necesidad, China ha enviado cientos de miles de pruebas diagnósticas que le han permitido al ministerio de salud venezolano administrar cerca de 400,000 pruebas, y darle un impulso crucial al control de la epidemia. Rusia también ha enviado varios cargamentos de equipo médico, pruebas, mascarillas y otros artículos de protección, y Cuba, solidaria y consecuente, ha enviado 130,000 médicos y 10,000 dosis del medicamento interferón alfa-2b, entre otras ayudas.

Mientras el esfuerzo del gobierno y el pueblo contra el COVI-19 se intensifica, la “otra cara de la moneda” sobre la realidad actual en Venezuela se presenta en un artículo publicado el pasado 23 de abril por la agencia de noticias Prensa Asociada, bajo la firma del periodista Joshua Goodman y titulado Sources: Guaido allies take slice of first Venezuela budget.Citando varias fuentes internas de la Asamblea Nacional de Venezuela, Goodman revela que la mayoría parlamentaria capitaneada por Juan Guaidó aprobó para sus miembros sueldos de US $5,000 mensuales durante la emergencia del COVID-19. Esto se determinó en secreto, según Goodman, el mismo día que anunciaron la aprobación de un bono de US $100 para el personal sanitario que combate la epidemia.

El periodista señala que la aprobación de dicho pago, que no ha sido reportado por ningún otro medio de prensa, forma parte del paquete de medidas legislativas aprobadas últimamente por la Asamblea Nacional. Los fondos, por la cantidad de US $80 millones, salen de los activos de Venezuela incautados por el gobierno de Estados Unidos, y les fueron transferidos por la administración de Donald Trump como parte de las sanciones económicas y de la campaña para remover al presidente Nicolás Maduro.

(Información y datos tomados de worldometers.info; Telesur TV; Commondreams.org; Prensa Asociada y Organización Panamericana de la Salud)

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