Viajando al encuentro final: The Green Knight

 

Especial para En Rojo

Uno de los pocos textos medievales que más conozco es Everyman, una obra de teatro o moralidad inglesa del siglo 15 que representa de manera alegórica nuestro eterno viaje hacia la muerte. El protagonista, Everyman, nos representa a todos. Después que el personaje de la Muerte le anuncia que ha llegado su momento para enfrentar a Dios, Everyman emprende el camino hacia la tumba buscando compañía a través de su viaje. Personajes como Conocimiento, Belleza, Fortaleza y Buenas Obras, entre otros, se juntan a Everyman y gradualmente lo abandonan en distintas partes del camino. Cada personaje que se pierde nos demuestra que Everyman se enfrentará solo a ese dios que le pedirá cuentas por todos sus actos. Como parte de la tradición teatral de las moralidades, Everyman tiene un significado religioso, pero se pueden identificar similitudes entre esta obra y el cine, especialmente en los road movies. En una película como Thelma and Louise (dir. Ridley Scott, EEUU, 1991), dos amigas deciden irse de vacaciones en un road trip, la primera por abandonar un esposo que le asquea y la otra para descansar de la rutina. Después que Louise mata a un hombre que intentó violar a Thelma, emprenden un viaje para escapar de la ley y del sistema machista que las oprime. Tanto como Everyman, Thelma y Louise están conscientes que su viaje no tendrá regreso ya que una vez una rompe con una vida pasada, la conformidad no es una opción. La epifanía a la que llegan los personajes de un road movie a través o al final del viaje es un leitmotiv de este género de cine, así como de textos medievales como Everyman y Sir Gawain and the Green Knight. El despertar ante una nueva visión es la meta que alcanzará Gawain (Dev Patel) al final de su maravilloso y oscuro viaje en The Green Knight (dir. Peter Lowery, EEUU, Canada, Reino Unido, 2021).

La película está basada en el poema anónimo inglés de finales del siglo 14, Sir Gawain and the Green Knight, cuya historia comienza en el mítico reino de Camelot en la corte del Rey Arturo. La película está claramente vinculada al poema, aunque Lowery, que ejerce como director y guionista, toma algunos desvíos y altera su final. En la película, Gawain es sobrino del Rey (Sean Harris) y la Reina (Kate Dickie), que nunca son identificados como Arturo y Guinevere, y forma parte de los caballeros de la corte. Siendo el más joven, Gawain no es dado a la pureza de espíritu que tradicionalmente se asocia los legendarios caballeros andantes y así se entrega al gozo de la bebida y el sexo. Éste todavía no tiene historias que contar ni logros de los cuales alardear. Sin embargo, todo cambia durante los festejos de Navidad cuando el Caballero Verde (Ralph Ineson) irrumpe en la corte del Rey para proponer lo que él llama un juego. El misterioso caballero invita a que el guerrero más noble allí presente tome su arma y lo ataque. Sin embargo, éste aclara que después de un año se volverán a encontrar en una recóndita capilla donde el valiente campeón del rey tendrá que doblar su rodilla y someterse a la misma herida que le propinó al Caballero Verde. La extraña figura de potente voz cuyo cuerpo de madera suena como el crujir del tronco de un árbol ante el embate del viento amedrenta a todos los caballeros. Pero el joven Gawain acepta el reto y al arremeter en contra del Caballero Verde se zambulle en un viaje que no solo lo abarrotará de historias que contar, sino que lo llevará a una de las pruebas más difíciles que jamás habrá enfrentado. Desde el punto de vista de Gawain, esa imagen en la que las puertas del reino abren ante un camino solitario que se extiende hacia las montañas, captura tanto la aventura peligrosa del joven caballero como el viaje hacia su descanso final.

The Green Knight retrata a cada uno de sus personajes, expandiendo una iconografía única con algunos vínculos religiosos. Tenemos al rey en su trono con un cetro en su mano izquierda y su cabeza en llamas, la bruja con ojos vendados que desconoce lo que traerá su hechizo, el joven de mirada confusa acompañado de una zorra en el bosque, la reina cubierta en una luz verde que nos mira con ojos ausentes. Estos acercamientos evocan la joya del cine silente, La passion de Jeanne d’Arc (dir. Carl Theodor Dreyer, Francia, 1928), donde el director reconstruye la pasión de Juana de Arco en los ojos de Maria Falconetti, la actriz de teatro que nunca más hizo cine. En The Green Knight, cada uno de los actores refleja magistralmente en su expresión y en un sutil lenguaje corporal el cansancio de un viejo rey, la seguridad de propósito de una madre (Sarita Choudhuri) o la frialdad de una dama que observa con ojos de deseo al joven (Alicia Vikander). La combinación de la fotografía a manos de Andrew Droz Palermo, que usa la iluminación natural y la oscuridad de maneras extraordinarias, y los sencillos e impresionantes vestuarios de Malgosia Turzanska hacen de cada imagen una estampa inolvidable en el viaje del joven caballero. El director rechaza la acción de películas como King Arthur (dir. Antoine Fuqua, EEUU y Reino Unido, 2004) y la intensidad dramática de Excalibur (dir. John Boorman, Reino Unido, 1981). Lowery representa un viaje pausado que nos inspira a considerar con mucho cuidado cada encuentro por el camino. Su ritmo es similar al de la maravillosa Los viajes del viento (dir. Ciro Guerra, Colombia y Alemania, 2009), donde un músico emprende un viaje para devolver un acordeón a su maestro.

The Green Knight expande el mito de Gawain y lo convierte en uno universal. Sus referencias al catolicismo y al paganismo; el casting de un actor británico de descendencia india en el rol de Gawain; y el beso apacible que un hombre le da a otro para regalarle la experiencia mas valiosa de ese día reescriben el texto medieval para una nueva realidad. Como asegura Silvio Rodríguez en la canción sobre el final del viaje: “Somos prehistoria que tendrá el futuro, somos los anales remotos del hombre.” La película The Green Knight es ese mito remoto hecho contemporáneo y que continuará fascinando con su rara ambigüedad todos aquéllos que viajamos hacia el final. Hasta ahora, ésta es ciertamente mi película favorita del 2021 y espero que no se la pierdan en la pantalla grande, después de que no les falte la mascarilla.

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