Viajar

 

e. s. ortiz-gonzález

1. En el libro de Job, jehová pregunta a satán: ¿De dónde vienes?, y satán responde: De rodear la tierra y de andar por ella.

2. La lectura cristiana al libro de Job lo resume como la historia de un hombre en que su fe es sometida a prueba. Sin embargo, esta es la historia de un hombre víctima de una apuesta por soberbia. En su afán de probar que la fe de Job no tiene quiebre, jehová permite que satán someta a Job a todo escarnio posible: plaga, muerte, pobreza. Aún cuando Job llega a flaquear, termina siendo víctima de su propia creencia. La prueba está ahí, porque es la presencia de dios.

3. Vuelvo a la escena de jehová y satán al comienzo del libro de Job. A la pregunta de jehová, satán responde: De rodear la tierra y de andar por ella. El Antiguo Testamento establece la fundación del mundo, la expulsión del mal y su presencia en el mundo, la gracia y expulsión de la pareja originaria, la salvaguarda de ese mundo con un ángel de espada flamígera, la promesa de retorno con la muerte. El edén terreno se convierte en celestial. El Génesis, en sentido antropológico, es la fundación de la cultura que ocurre en lo sedentario, cuando la tribu nómada se asienta. Los mitos, la ley, son narrativas que organizan los comportamientos de una sociedad.

4. El Libro de Job comienza después de esa narrativa fundacional. He aquí que Job es un sujeto sólido, tanto, que jehová lo pone a disposición de satán para lo que plazca. Recordemos que en el Génesis, fue satán, a través de Eva, que lleva a Adán a la expulsión del Paraíso. Adán, para una narrativa patriarcal, no es una figura fuerte, que resista penurias. La apuesta de jehová es que Job sí es capaz de resistir. Sin embargo Job, en el momento más precario, comienza a cuestionar la presencia de jehová. La mujer de Job incita a la dilapidación final, a la renuncia de la creencia. Es cuando interviene jehová, sólo a través del diálogo con Job, que este reconoce que todos estamos sujetos a una prueba repleta de misterio y sin fin, y de lo que no queda otra alternativa que resistir por el misterio mismo. La prueba es la promesa de una recompensa.

5. La resistencia de Job finaliza con la restitución de lo perdido. Riqueza, salud, hijos, todo regresa a Job. Queda jehová complacido, satán derrotado. La cultura del libro, el archivo, queda salvado una vez más hasta el Nuevo Testamento, en el cual una situación límite como la crucificción abre la redención a límites hasta el momento insospechados.

6. Sin embargo, regresemos a la pregunta de jehová, y la respuesta de satán. De hecho, no nos hemos ido de esa escena. Estamos ahí, testigos de ese momento en que jehová pregunta De dónde vienes?, y satán responde: De rodear la tierra y de andar por ella. Sabemos que satán fue el ángel predilecto de dios, «Lucero de la mañana». Sabemos de su rebelión, y de su caída. Sabemos, también, de su capacidad para infligir dolor y pérdidas sin límite, de acuerdo a una apuesta por soberbia divina. Pero nunca pensamos en satán como una metáfora para el viajero, para quien va «De rodear la tierra y de andar por ella».

7. En su caída, el lucero de la mañana es un eterno extranjero. Hay ensayos donde la figura de satán es muy cercana a la de jehová, donde incluso en su expulsión puede llevar a cabo la voluntad divina. Para ello, vaga por el mundo. Es políglota. No tiene raíz. Es Legión, porque somos muchos. La figura de satán no tiene lugar en el mundo, porque el mundo le pertenece, porque ha recorrido el mundo. Siempre extranjero por donde va.

8. El mundo de Job está en su propiedad, en sus hijos, su riqueza. En el agradecimiento del obsequio de un dios, a pesar de que los frutos llegan por su propio, arduo trabajo. La figura de satán pareciera ser el reto, la situación límite, aquello que desembocaría en la posibilidad de una renuncia. Pero no lo es, satán sólo lleva a cabo una apuesta, y nada más. No hay redención posible ni con uno ni con otro. Pero satán es el viajero. Es lo políglota. Es la Legión. No tiene lugar. Es, a pesar de la iglesia, quien sostiene que viene de rodear la tierra. Es quien somete a cuestionamiento a Job.

9. Viajar es ir al encuentro con satán. Es rodear la tierra, es ser el constante extranjero. Es habitar otra cultura a pesar de la cultura propia, para em una de esas vueltas, ser abordado con la siguiente pregunta: ¿De dónde vienes?

Job en su tierra. Job con su mujer e hijos. Job disfrutando de su riqueza. Job, siendo partícipe del orden social. Job como parte del archivo, de la memoria social de su entorno. El mundo de Job es suficiente. Para Job. Para una narrativa patriarcal del mundo.

10. «De rodear la tierra, y de andar por ella».

Artículo anterior¿Estamos todos en un mismo barco?
Artículo siguienteCrucigrama: Eduardo Lalo