Y al fin, los héroes: Avengers: Endgame

Por Juan R. Recondo / Especial para En Rojo

Una característica que podría definir al héroe en general es su sacrificio por el otro a través de un acto que pone en riesgo el bienestar propio. Sin embargo, esto no necesariamente marca la moralidad y/o ética de dicha figura. Mis héroes favoritos son aquéllos que tienen un pasado imperfecto o una característica que los hace antipáticos. No se puede negar el heroísmo de Ethan Edwards (John Wayne) en The Searchers (dir. John Ford, EEUU, 1956), que lucha sin descanso por encontrar a su sobrina que fue secuestrada por los indios. Su sacrificio sobrehumano no esconde su terrible racismo contra los indios. Esto hace de Ethan Edwards uno de los héroes más complejos del género del Western. 

Las hazañas del héroe tampoco se pueden contar siguiendo un mismo patrón narrativo. La manera en la que se construye su historia revela nuevos aspectos de la figura heroica. Por ejemplo, en Seven Samurai (dir. Akira Kurosawa, Japón, 1954), Kurosawa nos narra el sacrificio de una banda de siete samuráis que entrenan y pelean junto a una comunidad de campesinos contra una pandilla de guerreros que los atormentan. Kurosawa rechaza la soledad del héroe que lucha por todos ya que el director posiciona a sus samuráis dentro del grupo que defienden. Uno de los momentos más emotivos de la película envuelve a uno de los siete, Kyūzō (Seiji Miyaguchi), que es el epítome de la disciplina y el auto-control del samurái. En medio de la batalla final, se oye un disparo y Kyūzō es herido de muerte, escena cuya tragedia se exacerba por el arma tan burda que contrasta la belleza de su katana. Kyūzō tira su espada y se desploma ante el horror de sus compañeros. Pero la cámara no se enfoca en la figura trágica en un close-up o medium shot, sino que a través de un long shot inserta este poderoso momento dentro de la gran batalla que está ocurriendo. Kurosawa le enfatiza al espectador que ésta es una tragedia más entre otras, fortaleciendo el mensaje principal de su película: el sacrificio del gran guerrero es tan importante como el del campesino que lucha junto a él. En Avengers: Endgame (dirs. Anthony y Joe Russo, EEUU), los hermanos Russo nos narran la conclusión del evento más monumental del universo cinematográfico de Marvel resaltando así el impacto personal que la lucha tiene sobre cada uno de los Avengers. Aunque el heroísmo de los Avengers se centra únicamente en las poderosas figuras que nos defienden (la humanidad se mantiene generalmente pasiva y ausente de la batalla, en contraste a los campesinos en la película de Kurosawa), éstas forman una comunidad diversa que resiste la destrucción de la mitad de la población de todo el universo.  

Es muy difícil resumir la trama de la película sin revelar sus secretos porque éste es el último acto de la épica de los Avengers que se ha desarrollado a través de veintiún películas previas y cuyo final comenzó en Avengers: Infinity War (dirs. Anthony y Joe Russo, EEUU, 2018). Sin embargo, todos estamos claros con la dirección general que seguirá la historia y que responderá a las siguientes preguntas: ¿qué será de los personajes que se esfumaron con el tronar de los dedos de Thanos (Josh Brolin)? ¿Cuáles son las repercusiones de la desaparición de la mitad de la población alrededor del universo? ¿Habrá una gran batalla final contra el antagonista? ¿Cómo se puede derrotar a un ser que con su guantelete posee el poder de todos los dioses soñados por nosotros? ¿Cuáles personajes se sacrificarán? ¿Cuáles regresarán? No busque la respuesta a estas preguntas hasta que las vea en la maravillosa película. 

La sorpresa mayor es ver cómo una película con tantos personajes logra funcionar inclusive cuando la mayoría de éstos tienen su momento de brillo en la historia. Aunque nos enfocamos mayormente en los seis Avengers (Captain America [Chris Evans], Iron Man [Robert Downey Jr.], Thor [Chris Hemsworth], Hawkeye [Jeremy Renner], Black Widow [Scarlett Johansson] y Hulk [Mark Ruffalo]), uno de los logros de esta película es ver cómo todos forman una comunidad de diversas especies, colores, géneros, nacionalidades y poderes, entre otras características. La historia no se siente como una maraña de personajes o pequeños momentos sin hilo conductor. Esta logra lo que buscaba hacer una película como Ready Player One (dir. Steven Spielberg, EEUU, 2018), que hace referencia a casi toda la cultura popular estadounidense para sumergirnos en el disfrute de la nostalgia. Aunque la película de Spielberg termina siendo una evocación vacía de elementos simpáticos, Endgame es la celebración perfecta de esas películas pasadas de Marvel que concluyen en una gran batalla. La maravilla de esta última película es que no sólo nos arropa con sus proporciones épicas, sino que también nos adentra en los momentos pequeños que humanizan estas figuras míticas. Los exhorto a que no se pierdan tratando de explicar lógicamente el funcionamiento de todos los elementos de Endgame. Gocen de esta gran historia con héroes interesantísimos y un villano con ínfulas de dios. Mientras que Avengers: Infinity War nos construye un villano con un plan sencillo de engendrar un nuevo universo, Avengers: Endgame nos demuestra cómo un sinnúmero de poderosos seres imperfectos se juntan para devolvernos la esperanza.   

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