¿Y si Pedro Sánchez decide mirar a su derecha?

Por Andrés Gil

Pablo Iglesias se lo preguntó varias veces a Pedro Sánchez en 24 horas, en los dos debates electorales consecutivos. Y lo más que logró arrancar fue un “no me planteo llegar a pactos con quien pone cordones sanitarios al PSOE”. Pero, ¿y si Ciudadanos levantara ese cordón sanitario? Albert Rivera llegó a un pacto de investidura en marzo de 2016 con Pedro Sánchez y meses después con Mariano Rajoy. Y eso que en campaña dijo que no lo haría ni con uno ni con otro.

Se llegaba a las elecciones del 28A con tres grandes hipótesis sobre la mesa: un pacto de las tres derechas; un pacto de izquierdas con más o menos apoyo de independentistas y nacionalistas; o una reedición del pacto del abrazo de marzo de 2016 entre Sánchez y Rivera.

El pacto de las tres derechas a la andaluza, con el concurso de la extrema derecha de Vox, ha llegado a vía muerta. La implosión del Partido Popular queda muy lejos de sumar para gobernar. Con el 76% del voto escrutado, las tres derechas se quedan con 148 escaños.

El pacto de izquierdas, con el acuerdo troncal de PSOE y Unidas Podemos, acaricia la mayoría absoluta –164 escaños con el 76% escrutado–, pero requiere de ayudas: PNV, Compromís; el partido de Miguel Ángel Revilla… Pero también la colaboración de parte del independentismo catalán. Primero para la investidura –con una abstención–; y luego, para gobernar. 

El pacto del abrazo 2.0, entre Sánchez y Rivera: superaría cómodamente la mayoría absoluta, juntaría dos partidos del trío del 155 y causaría satisfacción en numerosos despachos del IBEX-35. ¿El problema? Que Rivera ha preferido el pacto de Colón a los guiños al centro; ha desalojado al PSOE de Andalucía con los votos de Vox y ha salido reforzado en las urnas dentro del eje patriótico de la derecha en el que ha querido jugar en la campaña electoral: mientras el PP ha perdido la mitad de los apoyos, Ciudadanos casi duplica escaños.

Rivera puede tener la tentación de luchar por la hegemonía del trío de Colón mientras el PP amenaza con implosionar por su desplome e intentar erigirse en el líder de la oposición… Pero también habrá mucha presión del establishment en aras de la “estabilidad, la unidad de España y la sintonía con Bruselas”.

Además, hay algo que Pedro Sánchez anhela: tener las manos libres para intentar llegar a acuerdos una semana con la izquierda y otra con la derecha. Pero sabe que eso no le funcionó en el pasado y que debe elegir entre Rivera e Iglesias. ¿Qué terminará eligiendo? La geometría es variable.

Reproducido de www.rebelion.org


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